¿CÓMO ESTÁ AFECTANDO LA OLA DE CALOR A LAS PERSONAS MAYORES?

En las últimas semanas hemos asistido a la llegada del evento meteorológico de la “ola de calor”. Con el verano y las altas temperaturas, las personas mayores se convierten en un grupo especialmente vulnerable a la hora de sufrir un golpe de calor. Pero, además, es este conjunto de personas las que más riesgo corre, respecto a la población general, debido que tienden a disfunciones en su sistema termorregulador, que les confiere una menor percepción de los cambios de temperatura, y reaccionan más tarde ante ellos.

También, este colectivo presenta un riesgo añadido de deshidratación, ya que no son conscientes de que están perdiendo líquidos por la sudoración y por evaporación, y tienen una menor percepción de la sensación de sed, apareciendo ésta de forma tardía y presentan una menor capacidad para ingerir líquidos.

También influyen otros factores añadidos como las enfermedades, especialmente las que afectan a la esfera psíquica y cognitiva, la diabetes, insuficiencias orgánicas avanzadas, las que enfermedades infecciosas que cursan con fiebre, las que cursan con pérdidas de líquidos (vómitos, diarrea, heridas exudativas…).

Recomendaciones para evitar esta situación:

Beber abundantemente ocho vasos de agua al día (aproximadamente 2 litros), y otro tipos de infusiones.

Por cada grado que suba la temperatura ambiente o corporal por encima de los 38º C, tomar un vaso de agua para contrarrestar los efectos de la sudoración.

Cambiar la dieta, llevando una más ligera, más fácil de digerir pero con sus calorías necesarias para que cumpla los requerimientos energéticos, y aumentando el consumo de alimentos ricos en líquidos, como las frutas (sandía, melón, fresa), yogures (80 por ciento agua), gazpachos, caldos, cremas frías…

Ante situaciones de diarrea o vómitos aumentar la ingesta de líquidos para evitar la deshidratación.

Evitar consumo de alcohol, que favorece la deshidratación.

Evitar bebidas gaseosas.

Se debe usar ropa y calzado adecuado a alas altas temperaturas y transpirable. Cubrirse y proteger la cabeza, con un sombrero, gorra o sombrilla. No salir en las horas centrales del día, que es cuando más calor hace y si es necesario, protegerse para que no incida el sol directamente sobre el cuerpo.

No se debe hacer ejercicio físico en las horas centrales de máximas temperaturas: por ello es aconsejable practicar actividad deportiva fuera de las horas centrales del día, a primera o a última hora del día, cuando ya han descendido las temperaturas.