
13 Jun EL CUIDADO DE LA NUTRICIÓN DE LAS PERSONAS MAYORES
Cuidar la alimentación es importante a cualquier edad, pero si hablamos de nutrición para la salud y de cómo ésta aumenta la calidad de vida, tenemos que hacer un especial hincapié en los cuidados de las personas mayores.
La esperanza de vida es mayor ahora que hace un siglo, y a medida que pasan los años, la población anciana crece: el porcentaje de personas mayores de 65 años será del 30% en nuestro país en el año 2050, y de ellas, muchas habrán sobrepasado los 80 años.
Cuando envejecemos, en nuestro cuerpo se producen una serie de cambios fisiológicos y psicológicos que afectan la relación con la alimentación; nuestro cuerpo cambia, y la relación de músculo y grasa ya no es la misma. El tracto intestinal también sufre cambios significativos, que modifican la absorción de los nutrientes de los alimentos; los sistemas cardiovasculares e inmunológicos pierden eficacia y, por lo tanto, el aumento de enfermedades tanto cardiovasculares como víricas aumentan significativamente.
Pero, además, el sentido del gusto y el olfato, así como la capacidad de masticación, se ven alteradas o mermadas, y la persona mayor pierde interés en la alimentación, lo que puede llevar a procesos de desnutrición.
La ayuda con la preparación de los alimentos, y la atenta vigilancia de una adecuada nutrición del mayor, es parte indispensable de los cuidados a domicilio.
Podemos establecer unas pautas generales para la dieta alimenticia de los mayores: ésta debe ser individualizada, equilibrada, variada y adaptada a la capacidad de masticación (si la persona presenta dificultades, deberemos optar por una dieta blanda). Será fácil de preparar y además apetitosa, para estimular el apetito. Por supuesto, será de digestión fácil.
Es mejor evitar las bebidas alcohólicas que deshidratan y aportan muchas calorías vacías; la hidratación es fundamental y se aconseja beber la suficiente cantidad de líquidos al día, mejor entre horas, para garantizar una adecuada hidratación, y especialmente en verano.
Comer de todo, alimentos ricos desde el punto de vista de la nutrición y desechar los dulces, bollería o bebidas con azúcar es siempre una opción inteligente nutricionalmente hablando, especialmente en esta época de la vida.