LAS PERSONAS MAYORES Y LAS ALERGIAS PRIMAVERALES

Acabamos de cambiar la hora, como todos los años, y nos adentramos en el horario de verano, pero con la primavera nos solo llega el buen tiempo, los días largos y luminosos, también las plantas y árboles afloran y, con ello, también llegan las temidas alergias debido al polen. Da igual la edad, ninguno nos libramos de las alergias.

La primavera es una época especialmente complicada para los alérgicos, en la que hay que debemos una serie de precauciones para sobrellevarla lo mejor posible, especialmente los más pequeños y los más mayores, ya que son más sensibles a los estragos de las enfermedades alérgicas.

Los síntomas entre las personas alérgicas suelen ser muy característicos y, sin embargo, es siempre recomendable realizar exploraciones médicas para conocer a qué se tiene alergia exactamente y así extremar aún más los cuidados y precauciones.

Entre los síntomas comunes podemos destacar el picor en los ojos, el moqueo que deriva en una congestión nasal y la tos prolongada, la sensación de ahogo, o menor capacidad de respiración, el lagrimeo o la opresión en el pecho.

En algunos casos, las alergias se pueden confundir o derivar en asma, por lo que es muy importante el diagnóstico médico. Los mayores que padecen otro tipo de enfermedades, como por ejemplo las cardíacas, deben extremar aún más las precauciones frente a las alergias.

Para poder evitar los riesgos que las alergias nos traen, especialmente en esta época de primavera, os recomendamos realizar una exploración médica que nos informe fehacientemente a qué se tiene alergia y cómo prevenir sus efectos.

También podemos confeccionar una lista en la que se pauten todos los medicamentos y horarios de ingesta necesarios para contrarrestar los efectos de las alergias.

Vacunarse cuando así esté indicado.

Ventilar la casa todas las mañanas, pero durante poco tiempo, ya que así se cambia el aire de la casa pero se evita que entre el polen responsable de un buen número de alergias primaverales.

Limpiar el polvo de la casa con la aspiradora y/o bayetas húmedas, ya que así se atrapa el polen que pueda entrar durante la ventilación de la casa.

Evitaremos acudir a parques o jardines donde haya un mayor número de plantas que estén en plena floración y polinización, especialmente por las tardes, ya que es cuando el nivel de polen es más alto.

Vestir prendas de tejidos naturales, como el algodón o el lino, para que la piel respire adecuadamente.

Llevar gafas de sol en el exterior, de este modo evitaremos que nuestros ojos entren en contacto con las partículas del polen y humedecer los ojos si notamos que se están irritando por la acción de dicho polen.

Es fundamental siempre seguir las instrucciones que de el médico o el alergólogo nos haya indicado, a cada unos de nosotros, las personas con alergias, dependiendo de la naturaleza de las mismas.