LA RELACIÓN ENTRE LA ALIMENTACIÓN Y LA SALUD MENTAL LO LARGO DE LA VIDA

Hoy en día sabemos a ciencia cierta que existe una relación entre lo que comemos y cómo nos sentimos.

Esta relación intestino-cerebro empieza con la serotonina. La serotonina es un neurotransmisor que nos ayuda a regular el sueño, el apetito, el estado de ánimo y también inhibe el dolor. Aproximadamente el 95% de la serotonina se produce en el tracto digestivo que tiene millones de células nerviosas o neuronas.

La función de estas neuronas y la producción de neurotransmisores está influenciada por millones de bacterias que componen el microbioma intestinal. Estas bacterias juegan un papel esencial en nuestra salud, protegen el intestino, limitan la inflamación, mejoran la absorción de nutrientes y activan vías neuronales que viajan directamente ente el intestino y el cerebro.

Lo que comemos influye en la composición y la función de las bacterias que alberga nuestro organismo. Una dieta saludable tiene un impacto positivo en el microbioma intestinal.

Comer bien nos ayuda a sentirnos mejor. Si a lo largo de nuestra vida mantenemos una dieta equilibrada, y observamos algunos sencillos consejos que os mostramos a continuación, llegaremos una edad avanzada en mejores condiciones. Cuando ya somos mayores, nuestra organismo tiene una menor necesidad de ingesta de alimentos, pero cuidar lo que comemos es, en esta etapa de la vida, más importante aún si cabe.

Quizás no sea cuestión de hacer grandes cambios, pero sí intentar seguir algunos de los siguientes consejos:

Comer de manera regular para evitar bajadas de glucemia que pueden hacernos sentir cansados y malhumorados.

Mantentese hidratado: una pequeña deshidratación afecta a las emociones, nivel de energía y concentración.

Comer las grasas adecuadas: el cerebro necesita grasas saludables para funcionar bien. Se encuentran en el aceite de oliva virgen extra, nueces, semillas, pescados, aguacate, huevos. Evitar los procesados cocinados.

Comer pasta, pan y arroz integral, frutas y hortalizas. Contienen las vitaminas y minerales que cerebro y cuerpo necesitan para estar bien.

Incluir algún alimento con proteína en todas las comidas. Contienen aminoácidos que utiliza el cerebro para regular las emociones.

Cuidar de la salud intestinal. El intestino puede reflejar lo que se siente: puede acelerarse o ralentizarse. Los alimentos saludables para el intestino incluyen frutas, hortalizas, legumbre y alimentos fermentados.

Evitar alimentos que suben y bajan muy rápido los niveles de glucosa en sangre como los dulces, galletas, refrescos, el azúcar, el alcohol.